Sendas del Bosque de Rosina Valcárcel
Celebramos hoy el inicio de una larga y fecunda trayectoria poética de Rosina Valcárcel iniciada con Sendas del bosque2 . Luego de releerlo y conversar con la poeta me animo a destacar con una nueva mirada, con otros ojos, la importancia del poemario. Con Sendas irrumpe una voz nueva y precoz en la poesía peruana; me hubiera gustado escuchar las palabras del gran poeta Antonio Cisneros en su primera presentación y las del maestro Hildebrando Pérez que animó esta publicación. Yo ya había llegado a Lima y estaba recluida en un internado, lo que hubiera sido imposible mi asistencia.
Huellas
Aquí en Sendas están ya las huellas de futuros libros. De una mujer canta en medio de sus muertos a Una mujer canta en medio del caos3 . En el poema Peregrino aparece esta afirmación, la única en su identidad femenina, pero la más fuerte. Igualmente, en La Noche, un anticipo de Paseo de Sonámbula4: "Poseo la noche/ y a veces/ desciendo a sus abismos".
¿Qué muertos? más allá del universal poema Javier Heraud: "Niño limpio y salvaje/ que duermes/ en el hondón del universo". ¿Qué es lo que muere? la vida que está dejando y enterrando con un comienzo distinto. Del encuentro con el amor, con el otro, con una nueva vida, con una nueva edad, con una nueva vida universitaria y cultural. Enterrando para renacer. ¿Y lo social? que lo desarrollará en cincuenta años aparece en el poema: Siglo Veinte: "Háblame de los griegos/ Antonio/ Cuéntame del hambre/ de mañana/ ¿Qué le diremos a la tierra/ de nosotros?". Otro poema del futuro y actual.
Espacios, territorios, huertos, morada
Desde el inicio, me sorprende esta idea de los espacios, los territorios, el planeta, el huerto y Lima. Esther Castañeda en su texto Entre la Soledad y el Amor dijo: Sendas configura un universo que privilegia la exterioridad en situaciones cuasi-narrativas tanto en espacios urbanos o en espacios mágico-míticos5.
El primer espacio es el Planeta que comienza con el epígrafe: "Oh espíritu/ planeta bello, / los hombres/ no creen en la verdad/ y sus pasos caminan sobre ella". Un lugar por hacer, ¿es ese planeta? Luego dirá en Mendiga: "Mensajeros de antiquísimos planetas me saludan/ y siguen de prisa por la tierra/ todos cantan/ como si hubiera terminado el tiempo". Y concluye el libro preguntando en Elegía: "¿¬Dónde, dónde está el lugar?/ aquel planeta/ ¿dónde podrán amarse los impíos?". La idea que hay un lugar, un planeta bello, otros lugares mejores, es una constante. Un planeta por hacer. De alguna forma, otro mundo es posible.
El segundo espacio es el Huerto, visto como el cuerpo/el territorio de las mujeres. En Huertos: "De mis huertos/ solo Dios/ se ha alimentado". Pero a la vez es un cuerpo, donde no hay siembra de estrellas /: en Sueños. En, Peregrino, la sorpresa del encuentro "¿Cómo a mis huertos llegaste/ donde antes nadie arribó?". En Imágenes dice: "Todavía/ mi cuerpo es sombra", hay una voz que está recuperando su cuerpo desde la sombra.
El tercer espacio, es la ciudad, Lima, el lugar donde habita, un intenso poema hermoso y duro, dice: "mirar la ciudad perdida de los cuervos./ Que nos perdonen los muertos/ Lima yace bajo la tierra/ su mirada contra el muro de los muertos/ ya nada, nada sucede en la ciudad/ solo los cuervos// Lima ha recostado su cuerpo en la oquedad", poema premonitorio sobre nuestra ciudad, a la que cincuenta años no logran sacarla bajo la tierra en medio del caos que vivimos.
Y el cuarto es la morada. En La Morada: "Dejaré de andar/ por campos extraños/ nunca más/ hija pródiga/ Nunca más los demonios". El encuentro de una nueva morada, un nuevo lugar: el de la poesía y el nuevo mundo que se abre para ella con la vida cultural que encuentra en la Universidad de San Marcos, con los poetas, amigos, maestros y revistas como Piélago.
Manos, Ojos, Reiteraciones
Manos
Quiero detenerme en el poema Las Manos, dedicado al gran poeta Julio Nelson. "Las manos/ envejecidas/ desean/ morir un solo instante/ para recordar/ aquella antigua inocencia/ de la vida". En Soledad: "pierdo mis manos/ para poder tocar su rostro/ o/ Su sombra/ besa mis manos". En Javier Heraud: "Una mano/ para seguir muriendo", está la idea de las manos que no tocan, relacionadas con la inocencia y que tienen que ver con el tocarse con el otro, unir los cuerpos, pero también una mano para ayudarse, acompañarse, ser solidarios.
Ojos
Además de las manos, los ojos, en El Alba: "Tus ojos/ son pequeños todavía", en Amor de los Dioses: "Tus ojos/ mi eterna infancia". En Cántico: "Deja esconder/ mis ojos/ en tus brazos". En Pequeño Árbol: "Yo solo puedo/ mencionar tus ojos". En el poema sin título: "Una tierna desnudez/ se deben/ nuestros ojos". En Solitarios: "Quería alcanzar sus ojos/ pero no pude". Los ojos son como la conciencia de ser: pequeña, de ser niña, la necesidad de esconderse bajo el otro, luego la tierna desnudez, y la soledad nuevamente.
Reiteraciones
Las reiteraciones en los poemas: Alba: "Luz/ Luz/ es el alba", en La Morada: "¡Nunca más/ hija pródiga/ nunca más/ los demonios!", en Lima: "Maldito infierno el que vivimos/ Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo", en Ante Divinas Voces: "¡Piedad/ Piedad! /Esta es la hora". Y finalmente en Encadenada, "Venid, venid/ aquí nace el olvido". Con la fuerza de las reiteraciones encuentro algo místico o bíblico, la hija pródiga, la referencia al infierno, acaso la piedad cristiana.
Otros, referencias
Manuel Baquerizo (2001) dice sobre Sendas: "un canto de iniciación, matinal, solar y gozoso, pleno de luz y emoción juvenil, [...] haciéndose eco de la voz de Sor Juana Inés de la Cruz (La Morada)"6. Willy Gómez señala en Sendas del bosque hay "una retórica de las grandes utopías prendía su propia pradera, quiero decir, es el principio de un sueño que la poeta intentaba dar forma desde sus inquietudes; su escritura respondía al sacrificio de una época que vio el despertar de una vida cuyo logro fue creer que empezábamos a ser libres, y mientras esas canciones funcionaban, su propia voz era la de “una mujer canta [ando] en medio de sus muertos”. Tulio Mora (1998) destaca la brevedad en sus versos y las metáforas "como atmósferas, como instantes o fragmentos, antes que como unidades en sí mismas"8 . Esta brevedad está emparentada con los haikus y son de lo más logrados del poemario. Años: "Hace años/ que no siembran/ estrellas/ en mi cuerpo" o en Sueños: Hay flores/ que viven mil años/ pero sólo un invierno se les ve", además del notable Huertos ya antes mencionado. También con justicia señalo que anticipa a María Emilia Cornejo y se suma a una voz como la de Enriqueta Belevan.
Como la alondra, precursora del alba, Sendas, precursora de todo el trabajo poético de Rosina Valcárcel que hoy celebramos. Pequeña traficante de los mares de la Poesía.
1. Ponencia leída en la celebración del cincuentenario de la aparición del poemario Sendas del bosque de Rosina Valcárcel. Se llevó a cabo el miércoles 4 de enero de 2017, a la 7:00 pm., en la Librería SUR (Avenida Pardo y Aliaga 683, San Isidro). En el evento se realizó el conversatorio: Sendas del bosque y otras aventuras poéticas de Rosina Valcárcel. Participaron: Diana Miloslavich (C.M.P. Flora Tristán), Hildebrando Pérez Grande (UNMSM) y Giovanna Minardi (Universidad de Palermo, Italia). En este encuentro se abordaron aspectos diversos de la obra de Rosina Valcárcel Carnero, así como también su contribución a la poesía peruana.
2. Valcárcel, Rosina (1966). Sendas del bosque. Lima : La Rama Florida.
3. Valcárcel, Rosina (1991). Una mujer canta en medio del caos. Lima : Amarilis, 97 p.
4. Valcárcel, Rosina (2001). Paseo de sonámbula. Lima : Colmillo Blanco, 140 p.
5. Texto leído en el marco del "Segundo encuentro de poetas sanmarquinas" realizado en mayo de 1991 en el Instituto Raúl Porras Barrenechea de la UNMSM. (mimeo)
6. Baquerizo, Manuel J. (2001). "Coda : Lirismo y rebeldía". En: Valcárcel, Rosina (2001). Paseo de sonámbula. Lima : Colmillo Blanco, p. 127.
7. Gómez Migliaro, Willy (2014). Rosina Valcárcel & los mapas del amor. Revisado el 15 de diciembre de 2015 en <https://rosinavalcarcel.lamula.pe/2014/07/29/rosina-vacarcel-los-mapas-del-amor/rosvalcarcel/>.
8. Mora, Tulio (1998). "Loca como las aves de Rosina Valcárcel. En: Rojas-Trempe, Lady [y] Vallejo, Catharina ; [Eds.]. Poética de escritoras hispanoamericanas al alba del próximo milenio. Miami : Universal, p. 307.